miércoles, 2 de mayo de 2012

Pido disculpas



            Pido disculpas por comenzar mi ensayo así. No quiero conseguir su afecto sino captar benevolencia. Hacerles comprender mis limitaciones, no simplemente mostrárselas sino hacer que me comprendan y disculpen por tan miserable comienzo.

            El fin de esta sentencia es cambiar su actitud, no solo transmitir mis limitaciones, sino que al “pedir disculpas” realizo una acción. Con esas dos palabras y solo con su pronunciación realizo algo inviable por ningún otro medio: solicito su comprensión.

            Pocas palabras tienen tanto poder. Permiten evitar guerras, reconciliar amigos, lograr el perdón de desconocidos, etc. Su poder y alcance es inabarcable. A veces es la única muestra de una actitud interna de arrepentimiento que solicita el perdón del otro. E incluso en ocasiones esas palabras ni siquiera van acompañadas por ningún sentimiento. Cuando tropiezas con alguien por la calle y pides disculpas no es necesario que tengas un sentimiento de culpa para que esa oración cobre sentido, su sentido reside en sí mismas que muestran la actitud de haber tropezado sin querer pero en ningún caso dolor en el corazón por el tropiezo cometido. Tienen una fuerza en sí que “pide perdón”, solo dos palabras permiten que haya paz por las calles donde la gente se tropieza a menudo.

            Este hecho nos muestra que existen oraciones performativas que no solo transmiten una información sino que realizan una acción a través de sí mismas. Son las que más peso tienen en nuestra vida cotidiana y por tanto lo que quiero mostrar en este ensayo es la necesidad de una correcta interpretación como requisito para que cobre sentido una oración como esta. Las oraciones constatativas que simplemente transmiten un contenido verdadero o falso, un conocimiento de la realidad no suponen un cambio radical en nuestra vida que se desarrolla en sociedad y por tanto nada ocurre habitualmente si esas palabras no son interpretadas, simplemente caen al vacío. Sin embargo, las oraciones performativas son un tipo de oraciones que en si mismas no solo enuncian una verdad, sino que ellas mismas la configuran, “hacen” la verdad, configuran la realidad modificándola a través de una acción. Por ello es difícil determinar el valor veritativo de estas oraciones ya que no depende de la realidad a la que haga referencia, ellas mismas crean o configuran la realidad, cambian, actúan sobre ella creando un nuevo estado de las cosas. “Hacen”, suponen un cambio, modifican; no solo comprenden o enuncian la realidad transmitiendo un mensaje. Las oraciones performativas son símbolos de una acción (simbolizan una acción interna como en nuestro ejemplo) o acciones en sí (como puede ser el caso de “queda abierta la asamblea”). Esto supone que actúan, realizan un cambio en la vida social, significan algo que exige una respuesta de los demás al igual que cualquier otra acción por ello para que cobren sentido es esencialmente necesario que sean interpretadas de manera correcta, que sean comprendidas por su destinatario, por aquel sobre el que realiza la acción.

            Continuando con nuestro ejemplo: al tropezar con alguien en Pío XII y decirle rápidamente “¡Disculpe!” la persona con la que hayamos tropezado seguramente se girará esbozando una sonrisa y dirá “No ha sido nada, no te preocupes”. Esas mismas palabras si son pronunciadas al tropezar con alguien en una región de Rusia donde nadie entiende nuestra lengua, nos miraran con cara de pocos amigos y continuaran su camino pensando en lo torpes y maleducados que somos.

            La comprensión y empleo del mismo registro es fundamental en cualquier acto comunicativo pero especialmente en aquellas palabras que actúan por si solas dado que su actuación no saldrá de la esfera de uno mismo a no ser que sea comprendido por otros. Y, dado que el hombre vive y actúa en sociedad, precisa en su actuar ser comprendido, que sus acciones sean interpretadas con la intención que él las realizó.

            El requisito necesario para desarrollar cualquier pensamiento acerca de la realidad o del ser es la aspiración de verdad, la voluntad sincera de alcanzar una adecuación entre las palabras o pensamientos del sujeto y la realidad en si. Pero además el requisito necesario para actuar a través de unas palabras es que esas palabras sean comprendidas por los otros que su significado sea interpretado correctamente. Es problema es que el modo de actuar habitual del ser humano es universal o en todo caso cultural pero muy dependiente de la esencia del hombre en sí, sin embargo el registro idiomático es muy variable, depende de cada comunidad y por tanto para que se realice una acción a través de las palabras es necesario que se interpreten de modo correcto tal y como quiere el hablante.

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